Reconocimiento imperceptible
"Un verdadero escritor no escribe para que lo publiquen. Escribe porque tiene algo urgente y personal que necesita decir."
-Joe Castleman
¿Qué es el amor? ¿Nos obligamos a cambiar lo que somos por una ilusión, nos obligamos a adaptarnos por y para el otro? ¿Nos dejamos utilizar para que el otro esté bien? ¿Se nos olvidan nuestras necesidades y sentimientos? ¿O debería ser un trabajo en equipo, en el que ambos nos unimos como fichas de rompecabezas? ¿Qué pesa más, el amor o el nombre a nivel social?
Joan Castleman (Glenn Close) es una buena esposa, comprensiva y bella, es la mujer perfecta para Joe Castleman (Jonathan Pryce) un escritor reconocido, egoísta y egocéntrico. La narración comienza con la pareja adulta, en la que Joe recibe la noticia de que ha ganado el premio Nobel de literatura. Con esta noticia Joan se cuestiona, pasando de haber sido una mujer sumisa, entregada a su esposo, buena y obediente, a ser una mujer dueña de su voz, a decidir qué quería y qué no (a pesar de que solo se diera cuenta después de muchos años de matrimonio). Ya no quería ser la sombra de alguien más, dándose cuenta de que vivió una vida llena solo de fantasías, y en la que quizá ambos estaban en una relación tóxica. Sus hijos fueron los mayores afectados.
No se trata solamente de un conflicto de egos, talentos y créditos. Se trata de una película que muestra la comprensión que hay entre dos personas en su cotidianidad, el entenderse, el aceptarse cada día un poco más, el conectarse a pesar de sus diferencias. Cada uno teniendo un interés más allá de lo que emocionalmente es honesto con el otro, interés que iba más de la mano del ego.
Al inicio la película nos hace creer que hay un vacío y un poco de resentimiento en ella y -quizá- un poco de envidia; pero esto no lo tendremos claro hasta adentrarnos más en la historia. A continuación, la pareja se dirige a Estocolmo a recibir el premio, Joan un poco desubicada le pide a él que no le de reconocimientos en el momento de recibir el premio, porque ahora siendo un poco más consciente no quería sentirse subvalorada de ser “la esposa que no escribe”, sino la que acompaña y ya. Por lo tanto, en un comienzo, toda la atención y halagos solo se dirigen al gran escritor. La narración comienza desde lo superficial a lo profundo, desde lo visual hasta lo visceral.
Lo que podemos ver en pantalla se mueve entre flashbacks (cuando ambos se conocieron en la universidad en la que él era su maestro y comenzó un romance) y la actualidad en el tiempo narrativo. El tiempo presente es muy veloz y lleno de momentos inquietantes, mientras que los flashbacks dedican más tiempo de una manera más detallada a lo que es realmente la relación entre ellos dos y por qué existe una profundidad y secretos que se han ocultado, pero que al final cuando algo ha incomodado por muchos años, estalla.
"No hay nada más peligroso que un escritor ofendido" decía Joan. Todos los seres humanos necesitamos aprobación, de lo que sea o de quien sea, siempre y cuando tengamos puesta nuestra fe ahí, ese es nuestro lado más frágil y poderoso a la vez. Esta película invita a interrogarse al espectador respecto a ¿por qué seguir en una relación cuando no estoy siendo reconocida por el otro? ¿por qué Jean insistía en quedarse sabiendo que estaba asumiendo una posición de invisibilidad al lado de un hombre machista?
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La esposa
©Ingrid Úsuga
Crítica de cine y nadadora artística profesional
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